El consumo masivo volvió a encender las alarmas en agosto, al registrar una contracción de 1,9% frente a julio, de acuerdo con el último informe de la consultora privada Scentia.
La baja mensual estuvo motorizada principalmente por la fuerte retracción en los canales tradicionales: kioscos y almacenes cayeron 4,4%, las farmacias retrocedieron 2,6% y los autoservicios independientes marcaron una baja de 2,2%. Incluso los mayoristas sufrieron una merma de 0,9%.
El golpe más duro lo recibieron los supermercados de cadena, que en la comparación con agosto del año pasado registraron una caída de 5,1% y acumulan un retroceso de 5,4% en lo que va del año. También los mayoristas siguen en terreno negativo, con una baja de 8,1% interanual y 2,3% acumulado.
En síntesis, el dato de agosto confirma un escenario de consumo debilitado: mientras los canales digitales y de cercanía sostienen parte de la demanda, los formatos tradicionales sienten con fuerza el freno de la economía y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares.





